Daniel y Gabriel, hijos de Labra, junto al gran mural (Fotografía cedida por Daniel de Labra)
El número 22 de la revista Cátedra, recientemente publicado, incluye el artículo «El gran mural de José María de Labra en la central del Eume», realizado en colaboración con Silvia Blanco, un trabajo de investigación sobre uno de los ejemplos más singulares de integración de las artes en la arquitectura española del siglo veinte.
Quien recorra el entorno de las Fragas del Eume, en A Coruña, no dejará de maravillarse por la riqueza paisajística y el abundante patrimonio existente, tanto natural como construido por el hombre, pues estos bosques se han convertido en un mundo en sí mismo, lleno de caminos y lugares por descubrir en su interior.
Y, posiblemente, nunca imaginaríamos que estas fragas albergan también una de las obras más singulares del arte moderno, preservada en el interior de un edificio industrial destinado a convertir el caudal del río en energía eléctrica. Se trata del gran mural que José María de Labra realizó para ese emplazamiento específico en el año 1960, coincidiendo con la inauguración de la central.
Una obra que tiene un significado especial, tanto para la trayectoria de su autor como para la historia del arte español y que, hasta el momento, no había sido estudiada en profundidad. Una obra que se convertirá además en paradigma de la integración de las artes, en un claro dentro del bosque que ilumina el panorama creativo de su tiempo, aun permaneciendo apartado y distante.