Como viene siendo habitual por estas fechas, la Fundación Caja de Arquitectos ha publicado su calendario para el próximo año, en esta ocasión dedicado al arquitecto Francisco de Asís Cabrero (1912-2005), al cumplirse el centenario de su nacimiento.
La efeméride me ha recordado cuando, hace precisamente diez años, en diciembre de 2001, tuve la oportunidad de visitar, junto a dos excelentes compañeros de carrera y de viajes, y gracias a la amabilidad de Santiago Cabrero —hijo del arquitecto—, las viviendas que había proyectado para su familia en la urbanización madrileña de Puerta de Hierro.
Recorrer las casas y el estudio del arquitecto —ya muy mayor entonces— en aquel frío y soleado invierno nos enseñó mucho más sobre arquitectura que las clases y los libros vistos hasta el momento. Nos enseñó a ver, a viajar, a abrir los ojos como había dicho Le Corbusier.
Cabrero dedicó los últimos años de su vida a un gran proyecto, un proyecto que nunca se edificaría: sus Cuatro Libros de Arquitectura. Al modo de los tratados clásicos, recopiló todo aquello que le había interesado a lo largo de su carrera, empleando el viaje como método de conocimiento: «Viajo para comprender», decía.
Hoy, una década después de mi primer viaje de estudios, y después de otros muchos realizados para conocer las historias que dan sentido a esas casas y a otras obras del mismo período, sólo queda desear que toda meta, todo final, se convierta siempre en el principio de un nuevo viaje.
Por ello, feliz final de 2011 y mejor comienzo de 2012.