Aunque se estrenó en Francia hace ya casi dos años, recientemente ha llegado a nuestras pantallas la película París, del director Cédric Kalpish.
La película narra una historia aparentemente sencilla: un bailarín profesional sufre una grave enfermedad cardíaca y pasa los días en su casa a la espera de un transplante. El largo tiempo de espera que pasa junto a la ventana le hace ver a la gente que le rodea de una manera diferente. Al tiempo que imagina cómo serán sus vidas, éstas se nos van mostrando componiendo una gran historia coral que, en definitiva, es la historia de la propia ciudad.
Los vendedores del mercado, la panadera, la asistente social, el emigrante, la joven estudiante, el catedrático de universidad, las modelos o el arquitecto, entre otros, son algunas de las piezas que, al modo de Perec, se entremezclan en el gran puzzle que es París, una ciudad que se construye permanentemente sobre el conflicto entre lo viejo y lo moderno, como explica uno de los personajes de la película.
La película narra una historia aparentemente sencilla: un bailarín profesional sufre una grave enfermedad cardíaca y pasa los días en su casa a la espera de un transplante. El largo tiempo de espera que pasa junto a la ventana le hace ver a la gente que le rodea de una manera diferente. Al tiempo que imagina cómo serán sus vidas, éstas se nos van mostrando componiendo una gran historia coral que, en definitiva, es la historia de la propia ciudad.
Los vendedores del mercado, la panadera, la asistente social, el emigrante, la joven estudiante, el catedrático de universidad, las modelos o el arquitecto, entre otros, son algunas de las piezas que, al modo de Perec, se entremezclan en el gran puzzle que es París, una ciudad que se construye permanentemente sobre el conflicto entre lo viejo y lo moderno, como explica uno de los personajes de la película.