Pavimento de la plaza de San Pedro en Roma. Imagen de Flickr.
Entre las lecturas de verano se han situado tres historias útiles. Tres ejemplos perfectos de que la Historia, con mayúsculas, puede y debe servir para entender el presente y proyectar el futuro. Siempre me han gustado dos metáforas que provienen, además, del mismo profesor: Una es la Historia como espejo retrovisor que sirve para, mirando al pasado, viajar hacia delante con mayor seguridad. La otra es asimilarla a una pértiga, en la que apoyarse para llegar más alto, de un modo más preciso.
Sus títulos, El Sur. Historia de un punto cardinal, Las buenas ideas. Una historia natural de la innovación y Negro. Historia de un color enuncian otra coincidencia: tratan de conceptos prácticamente inmateriales. En El Sur, Dieter Richter nos habla del Sur como ideal y como realidad, desde el conocimiento progresivo de las tierras australes hasta el deseo contemporáneo de las playas y el sol tropical, apoyándose en las expresiones científicas y artísticas que ha tenido ese punto cardinal.
Las buenas ideas nos explica, con el lenguaje didáctico que caracteriza a Steven Johnson, cómo gran parte de los grandes descubrimientos de la historia de la humanidad no han sido producto de un destello milagroso, sino que sus raíces residen en el trabajo colaborativo alejado de los intereses mercantiles. Estas ideas generadas en grupo, mediante corazonadas lentas, o tras largos procesos de ensayo y error nos llevarían, entre otros muchos ejemplos, al descubrimiento de la contabilidad de doble entrada, la imprenta, los ordenadores o internet.
Finalmente, Negro recorre la historia de un color singular, símbolo, al mismo tiempo, del luto y de la elegancia. Durante largo tiempo fue excluido de la consideración como color, tanto pictórica como científica, con el nacimiento de la imprenta y las vanguardias del siglo XX vería sus épocas de esplendor y, en la actualidad adquirirá un carácter neutro, perdiendo su significado autoritario en numerosos ámbitos.
El profesor Michel Pastoreau publicó otras obras interesantes sobre el significado cromático, entre las que conviene destacar Azul, la narración de cómo ese color llegaría a ser el color europeo por excelencia. Las prácticas sociales históricas en algo tan básico como el color nos ayudan a entender su papel en el mundo contemporáneo en relación a nosotros mismos, como nos ayudarían una pértiga o un espejo retrovisor.