Liebster


Hoy me he encontrado con una pequeña sorpresa: María y Borja me han concedido un premio Liebster. Este galardón tiene un valor especial, pues se otorga desde un blog a otro para reconocer su interés y dar un impulso a aquellos que están empezando. La aceptación de este premio supone recomendar cinco blogs que para mí hayan tenido esa misma significación. Mi primera recomendación sería su propio blog, un espacio dónde se pueden descubrir sus maravillosas creaciones pero, como ya lo he hecho anteriormente, añadiré mi selección, agradeciéndoles de nuevo todos los proyectos compartidos —incluyendo ahora esta propuesta— y el cariño y la ilusión con que los transmiten.

Precisamente, participando de ese espíritu ilusionante que desprende el premio, mis cinco recomendaciones están dedicadas a cinco blogs cuyos creadores me han inspirado y me han revelado muchas cosas. Sobre todo, me han hecho sentir partícipe de un lugar de intercambio común con sus aportaciones, comentarios y descubrimientos. Así que mi agradecimiento por el premio se extiende también en un sincero reconocimiento al trabajo de estos compañeros y —creo que se puede decir— amigos. 

A Andrés, porque es tan buen profesor que quiere seguir aprendiendo. 

A Isabel, por tantas inquietudes, silencios y reflexiones compartidas. 

A Begoña y David, porque sus imágenes siempre tienen detrás una historia. 

A Xulio, Ramón y Noemí, porque además de un blog es un proyecto magnífico. 

Finalmente, a Sonia, porque —aunque nunca se lo haya dicho— ha sido una de las primeras y mejores inspiraciones para que ahora esté escribiendo esto.

A todos: gracias.

Ancares


Acabo de regresar de Piornedo, dónde celebramos las jornadas Memoria y Materia, organizadas por el Departamento de Composición de la Universidade da Coruña. Teniendo como tema la arquitectura tradicional y como marco el paisaje de los Ancares, he aportado mi visión de «Cuando lo popular era moderno», un recorrido por la relación entre la segunda modernidad y el patrimonio vernáculo.

Al mismo tiempo que escribe sobre la arquitectura más moderna que se está realizando en España, Carlos Flores reaviva el interés por la «arquitectura anónima», dándole la misma importancia que a la anterior, con artículos como el publicado en la revista Hogar y Arquitectura hace exactamente cincuenta años:

No perseguimos la vuelta a una arquitectura falsamente tradicional ni la reaparición de floklorismos y regionalismos. Se trata de poner de manifiesto cómo, en tantas ocasiones, la arquitectura ha llegado a soluciones convincentes a veces sin la intervención del arquitecto, en otros caso mediante el trabajo de profesionales modestos que tal vez por realizar su labor sin estridencias ni divismos han quedado en el anonimato, bien que su obra denote, a quien quiera verlo, su valía y honradez.

Paseando hoy por gran parte de nuestras aldeas y pueblos —como pudimos comprobar estos días en los Ancares—, parece que esas palabras todavía tienen absoluta vigencia y que, de ellas, como de la arquitectura vernácula, es posible y necesario seguir aprendiendo:

Una arquitectura que nunca ha estado de moda y que ha nacido como resultante de una actuación humilde y consciente, y que encierra una gran lección en estos tiempos en que buena parte de la arquitectura se encuentra prostituida por la frivolidad y el snobismo.

Veinte años después que Flores, Alejandro de la Sota escribió, abogando por una Arquitectura lógica: «La Arquitectura es intelectual o popular. Lo demás es un negocio». Entre compañeros de oficio, recordamos y compartimos esas lecciones mientras caía la larga noche sobre Piornedo.

Imagen: Skyline de Piornedo. Plácido Lizancos.

La fachada oculta


Hoy se celebra el Día Mundial de la Arquitectura, con el lema «El arquitecto. agente transformador de la ciudad». Para conmemorarlo, la Delegación de A Coruña del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia, ha escogido como obra representativa la Lonja del Gran Sol, situada en el puerto coruñés y proyectada por los ingenieros Félix Calderón Gaztelu y Eduardo García de Dios en el año 1960.

Me han invitado a participar en los actos que acompañan esta celebración, dentro de la Semana de la Arquitectura, hablando sobre los proyectos que acompañan a la lonja en la recuperación de la modernidad coruñesa. He titulado la intervención «La fachada oculta. Arquitectura de la segunda modernidad en Coruña», y éste es un breve resumen:

A mediados de la década de los cincuenta, la arquitectura gallega comienza un proceso de reincorporación de los principios modernos, una vez superada la etapa autárquica, dando lugar a lo que se conoce como «segunda modernidad».

En ese momento se incorpora al panorama arquitectónico una generación de profesionales que actúan como auténticos agentes transformadores de la ciudad, aceptando los principios de la modernidad de una manera crítica y reflexiva, configurando con sus obras una nueva fachada urbana.

Son propuestas discretas, precisas, que cumplen su función con eficacia y rigor. Sin embargo, el desconocimiento de sus valores arquitectónicos y la ausencia de una adecuada protección patrimonial las convierten en una fachada oculta, todavía por desvelar.

Será mañana martes 2 de octubre, a las 20 horas en la Sala de Cultura de la Delegación

Imagen: La fachada oculta del Edificio Casino, proyecto coruñés de Corrales y Molezún.