De campus y campanas


Durante las primeras décadas del siglo XVIII, un estudiante de Princeton escribió que la gran extensión de campo abierto que rodeaba a los edificios universitarios le recordaba al Campo de Marte en Roma. Se cree que ese es el origen de la palabra campus, que hoy empleamos para designar a prácticamente todo tipo de recintos universitarios, incluso sin una implantación física, como sucede con los campus virtuales.

La misma implantación que hacía del Campo de Roma un atractivo lugar para el esparcimiento, la reunión, el espectáculo o el comercio poco tiene que ver con los campus actuales, más preocupados por la imagen, y la virtualidad o, lo que es lo mismo, la presencia y la ausencia, parecen ignorar que ambos conceptos son incompatibles sin un tercero que les de sentido. La calle es ese foro o ágora que une y reúne. Sin ella los ecos de las voces se pierden en el horizonte. No se encuentran, como el sonido de las campanas que los muros nunca escucharán.

[A Ally, que sí supo escucharlo]

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