Fotografía: Adolfo Enríquez
El número 10 de la revista Joyas de Galicia incluye «Una mirada a la ciudad contemporánea», un pequeño texto sobre el monte de San Pedro y su significado para la historia de A Coruña. Se trata de la segunda colaboración —la segunda mirada coruñesa— para esta publicación, después de la recogida en el número 8 sobre la casa Arambillet y su mirada modernista hacia a Europa.
En el texto recuerdo cómo la metrópolis, en su tránsito de la modernidad a la contemporaneidad, puso en diálogo los lugares históricos —aquellos con identidad, con memoria, portadores de significado— con un conjunto de zonas extrañas, imprecisas o deterioradas, como fábricas en desuso, terrenos vacíos y olvidados o neo-ruinas inexploradas. Supo sentir y aprovechar la oportunidad latente en estos espacios; reconocerlos, reconquistarlos e integrarlos como parte de su desarrollo convirtiéndolos en órganos vitales de la nueva ciudad.
En el monte de San Pedro se ponen de manifiesto dos de los ingredientes ignorados, incluso evitados y denostados por la ciudad histórica, que se incorporan en el proyecto de la ciudad contemporánea. Mientras una antigua zona de vertido de basuras, con una dramática historia en sus entrañas, se regenera como superficie de recreo en el vecino parque de Bens, las instalaciones militares obsoletas levantadas para contrarrestar ataques marinos y aéreos se transforman en el elemento patrimonial más reconocible del nuevo pulmón de la ciudad, logrando también un inédito mirador sobre ella.
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