Signatura II


La sencillez y claridad de un figura simple se desvanecen al yuxtaponerla infinitas veces en las distintas dimensiones del espacio. La forma se vuelve espacio, la estancia en laberinto. Es el laberinto que protagonizó varios relatos de Borges y la novela El Nombre de la Rosa. Una estructura espacial fácilmente asimilable, pero que guarda en su aparente docilidad su terrible engaño: Una vez dentro es infranqueable, pues la llave es la propia estructura. Babel sin cielo o Creta sin Minotauro. Al fin, cuando dotamos de solidez a estas composiciones, hablamos de organicidad pues se torna difícil su comprensión desde la rígida razón de la materia.